martes, 16 de noviembre de 2010

Luna, muñeca de porcelana..

Lunita preciosa cuanto quiero cuidarte, mas sé que el tiempo no me sobra y el que te dedico no es suficiente. Tampoco puedo cuidarte cuando tú misma no te has sabido cuidar. Tus hermosos vestidos hacen contraste con tu ya despintada piel.

Te veo y no puedo evitar sonreír, aunque no luces igual que antes tu belleza es la misma en esencia, sin embargo el tiempo se ha encargado de desgastar un poco tu figura. Por qué no te has dedicado más a ti? Sé que soy culpable de robar algunas horas de tu compañía, momentos en los que necesité desahogarme o simplemente una sonrisa de tu parte, mas eso no es excusa para tu descuido.

Lunita aprendí a ser fuerte contigo, pero al verte débil en este momento, dudo poder seguir adelante. Te has vuelto mi refugio y fortaleza y yo quiero serlo por igual para ti. Quisiera devolverte todo lo que me has brindado, pero me temo que es imposible.

Deseo permanecer a tu lado por más tiempo, protegiéndote, mimándote, peinándote y hacerme más cercana a ti. Aunque pasen los años, aunque te pierdas, aunque ya no me acompañes, aunque se rasguen tus vestidos, aunque te desvanezcas, siempre serás mi favorita, siempre serás mi Luna, muñeca de porcelana, con la que crecí y me hice mujer.


2 comentarios:

  1. Es increible cuan importante puede hacerse una persona o algun objeto para el ser humano, tanto como paraa volverse imprescindible. Hermoso escrito, muy puro.

    ResponderEliminar