lunes, 4 de octubre de 2010

Pienso en ti..

Llevo más de setenta y dos horas pensando en ti, en el momento en que te conocí, en la magia del grandioso reencuentro, en las largas conversaciones diarias, en las veces que casualmente nos encontramos, en todo lo que hemos vivido desde la primera vez que cruzamos palabra, porque yo desde hace tiempo sabía de tu existencia, mas no había podido acercarme para hablarte. Aún no he logrado conciliar el sueño debido a jornadas eternas de espera; ni un mensaje, ni una llamada, ni un ‘‘hola’’, nada.

Cuando apareces frente a mi no puedo evitar temblar estrepitosamente, tampoco puedo  impedirme percibir tu fresco e irrepetible aroma que viene acompañando siempre a cada una de tus partículas. No puedo resistirme a mirar tu esbelta figura, ni hablemos de tu pelo, negro como el azabache y radiante tal cual el mismo sol. Tus ojos que emanan paz y alegría y tratan de ocultar cierta picardía. Tu boca carnosa que con susurros me invita a probarla y dejar allí plasmada mi esencia. Y no deseo seguir profundizando, ya que cada palabra que escribo y pronuncio me tortura más y más al saber que aún pienso en ti. El tiempo ha seguido corriendo y los mismos pensamientos recorren una y otra vez cada espacio de mi mente y yo no tengo ni idea de si a ti te pasará igual.


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