miércoles, 3 de julio de 2013

Amor accidentado...


Faltaban pocos minutos para que Mary diera su último respiro, Jean la tenía en sus brazos y le suplicaba desesperado que resistiera. El sonido de sirenas y el altoparlante lo esperanzaban un poco, ciertamente jamás imaginó que algo así sucedería…

Jean y Mary eran muy buenos amigos, más que eso eran inseparables, siempre tuvieron una excelente química, tanta que de hecho desde el primer día sus amigos les advertían que algo pasaría; y no fue hasta cinco años después que vino a surgir algún sentimiento de más que amistad. El mayor problema es que ninguno de los dos nunca dijo algo concreto de qué era exactamente lo que pasaba, y es que al parecer ni ellos mismos lo sabían bien.

Mary comenzó a frecuentar nuevos amigos, a Luis más que a nadie, cosa que a Jean no le hacía la menor gracia, pero se dedicaba a demostrar todo lo contrario, hasta que los celos lo traicionaron y empezó a discutir con Mary por cualquier cosa, tantas fueron las peleas que dejaron de hablarse por un tiempo. Morían por arreglar las cosas, se encontraban con frecuencia y en los ojos se les veía el deseo de acabar con la estúpida discusión, pero su orgullo era mayor que cualquier sentimiento.

Jean decidió poner fin a esa situación luego de un mes y medio y buscar a Mary, ella estaba en casa de una amiga ese día, llegó y le pidió unos minutos de su tiempo, ella accedió. Fueron a hablar al jardín, donde él se disculpó y trató de arreglar las diferencias que había entre ambos, pasado un rato Luis salió al jardín, Jean se molestó al verlo allí y comenzó una nueva disputa. Mary ya harta del pleito tomó rumbo hacia su casa que quedaba a unas cuantas esquinas. Jean le gritó que no quería volver a verla, ella se volteó a responderle y al momento que lo hizo un auto apareció de la nada y la golpeó, dejándola tirada en medio de la calle. Jean corrió a buscarla mientras Luis llamaba una ambulancia.

Llegaron los paramédicos y se la llevaron al hospital, pasó unas seis horas en la sala de urgencias, luego la trasladaron a una habitación, estaba inconsciente, no los dejaron verla esa noche. Ambos decidieron quedarse en el hospital para poder verla tan pronto fuera posible. En la espera descubrieron que no eran tan diferentes y que los dos adoraban con locura a Mary. Luis terminó por explicarle a Jean que sabía que jamás tendría otro rol que el de amigo en la vida de ella, Jean se animó a preguntar el porqué y éste respondió que se debía a que Mary lo amaba a él, que desde el momento en que la había conocido se había percatado de que su corazón ya tenía un nombre tatuado, pero que por sus celos desmedidos no había podido comprobarlo anteriormente. El llanto no se hizo esperar, tampoco el arrepentimiento de no haber sido claro desde un principio.


A la mañana siguiente, vieron la cama vacía y preguntaron por Mary con angustia y desesperación, estaba en urgencias otra vez, no estaba reaccionando positivamente al tratamiento y los medicamentos, les pidieron que fueran a casa a descansar, Luis aceptó pero Jean se quedó en el hospital. Luego de ocho horas entre cafés, sueños de cinco minutos, cabeceos y noticieros Jean vio al médico salir de la sala, fue corriendo a preguntar y justo la estaban trasladando de nuevo a su habitación. Fue a verla y la encontró dormida, le tomó el brazo y le besó la muñeca, luego plasmó sus labios en la frente y la bautizó con una lágrima, esto hizo que ella se moviera un poco, él se sentó en la orilla de la cama a recordar todos los momentos que habían pasado desde que se conocieron hasta ese día, luego se acostó a su lado y pidió perdón por los malos ratos, le susurró al oído que la amaba y se quedó dormido unos segundos, Mary al oír esas palabras abrió los ojos por última vez, lo miró, sonrió y se dejó llevar. Jean despertó por el ruido de la máquina, fue corriendo a buscar al médico, pero al volver ya era tarde, al verla otra vez pudo apreciar que su amada Mary se fue sabiéndose amada y con una sonrisa en el rostro…